Es mi primera feria así que entusiasmada entré y compré y compré. En fin cosas que pasan, así que ahora tengo un montón de proyectos mirándome.
Y en esto que he he dado en recordar un estupendo escrito de Susana Tamaro, que me parece muy acertado para todas y todos a los que nos gustan crear y ejecutar con nuestras manos poniendo todo el corazón en ello.
Cito textualmente:
“En este mundo, en el que todo viene producido en serie, donde todo es intercambiable y el único valor reconocido es el dinero, ¿qué importancia puede tener lo que se trabajo humildemente con las manos? Estoy convencida de que, en tiempos de crisis y agitación, hacer cosas con las manos, poniendo en juego nuestra creatividad, es una forma de resistencia. Plantamos cara a la uniformización, al aplastamiento; nos rebelamos contra el consumismo que nos consume y luego nos tira a la basura.
Aprender manualidades, y enseñarlas a nuestros hijos, es una manera de devolver al centro de nuestros días la innegable singularidad de la persona y la importancia de la memoria.
Empleamos nuestro tiempo, paciencia y habilidad en transmitir un regalo; un regalo que será algo único, pues seguirá hablando de nosotros, de nuestra relación, incluso cuando ya no estemos aquí.
Cuando me pongo un de los jerséis de mi madre, es como si ella aún estuviera conmigo. ¿Acaso podría decir lo mismo si, en lugar de haber invertido largas tardes en hacer punto, me lo hubiera comprado en un centro comercial, tras escogerlo entre miles de prendas desparramadas por el mostrador?”
Con cariño
Luz